Mujer y sabiduria aplicada, por Javier Gonzalez Martin
La mujer y la sabiduría aplicada
Por F. Javier Gonzalez Martin
Artículo publicado en Part Forana el 11 de octubre de 2007
La idea de que la información es poder se viene extendiendo con facilidad y sin aparente oposición ni el contraste con otras nociones más realistas. En el nuevo paradigma social con equilibrio y armonía entre lo masculino y lo femenino, la sabiduría es poder. Entiéndase por sabiduría el desarrollo integral de la persona, que incluye el intelecto junto a la intuición y la inspiración, la capacidad de análisis y de utilizar indistintamente el hemisferio izquierdo y el derecho del cerebro, o lo que es lo mismo, la facultad de armonizar la inteligencia intelectual, emocional y espiritual. Cuando estas facultades se ponen en acción se inicia un proceso que podemos llamar sabiduría aplicada.
El aspecto negativo de la realidad que son las guerras, el terrorismo, la miseria y la ignorancia puede atribuirse a una carencia de sabiduría, tanto de quienes detentan el poder como del pueblo llano. Es cierto que muchas personas gozan de un respetable bagaje de información y conocimientos, pero sólo algunas actúan con sabiduría. Cuanta razón tiene el escritor Eric Hoffer cuando afirma: “En tiempos de cambio, los que están dispuestos a aprender heredarán la tierra, mientras que quienes ya lo saben todo, están perfectamente preparados para dirigir un mundo que ya no existe”.
El conocimiento no es más que información sin ordenar, mientras que la sabiduría es información organizada sobre la que se ha experimentado y está en armonía con las leyes universales. El conocimiento es lo que sabemos, la sabiduría es lo que hacemos con lo que sabemos. A nadie se le paga por lo que sabe, sino por lo que hace con lo que sabe. Una de las tendencias masculinas es acumular conocimientos, en cambio las mujeres tienen más tendencia a hacer algo con lo que saben.
El caso de la Dra. Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz es un claro ejemplo del concepto de sabiduría aplicada y puesto que es una noción tan práctica, científica y afín a las cualidades femeninas, expongo a continuación el proceso que la Dra. Maatahi puso en marcha en Kenia, que le llevó a sembrar millones de árboles y que comienza a partir de los datos, que se convierten en información, que a su vez devienen en conocimiento y este finalmente se convierte en sabiduría aplicada.
Datos: Millones de personas que pasan hambre en África, amplias zonas en proceso de desertización, tierras empobrecidas por la deforestación.
Información: ¿Quien puede ofrecer trabajo y sustento? ¿Qué personas estarán dispuestas a realizar el trabajo? ¿Qué tipo de árboles podemos sembrar? ¿En qué zonas es más favorable la siembra? ¿Cual es la mejor época para hacerlo?
Conocimiento: Encontrar y conseguir suficientes plantones de árbol. Aprender cómo sembrarlos para asegurar su crecimiento. Organizar a las personas que los sembrarán.
Entendimiento: Proceso de aprendizaje y experiencia sobre la organización de los recursos humanos y medios materiales, contando con los inevitables fallos iniciales.
Sabiduría: La siembra de árboles brindaría trabajo y sustento a millones de personas sin recursos, al tiempo que la reforestación aportaría riqueza ecológica a extensas zonas en una espiral ascendente de trabajo, sustento, riqueza natural y prosperidad y a partir de ahí, educación, avance de las mujeres y bienestar social.
Sabiduría aplicada: La Dra. Wangari Maathai pone en marcha el Movimiento Zona Verde (Green Belt Movement) y proporciona ingresos y sustento a miles de personas en Kenia mediante la siembra de millones de árboles. Además, dirige campañas de educación por toda África para elevar la conciencia sobre los derechos de la mujer, la capacitación cívica y el medio ambiente.
Con la sabiduría podemos crear el futuro en vez de quedarnos en la comprensión del presente y del pasado. La sabiduría plantea preguntas para las que no existe una respuesta fácil y es un hecho que la calidad de la vida depende de la calidad de las preguntas que nos hacemos. Por este motivo el objetivo de la educación no debería ser la acumulación de conocimientos y los exámenes finales una simple prueba de memoria, sino desarrollar la capacidad de utilizar la sabiduría aplicada.
Por un lado las mujeres parecen estar más capacitadas para aplicar este modelo de sabiduría que termina beneficiando a todas las partes implicadas. Por otra parte la sabiduría aplicada tiene muchas posibilidades para favorecer el avance de la mujer. Una de ellas es superar el llamado mito masculino y lograr que las mujeres lleguen a ocupar, a la par con los hombres, su merecido lugar al frente de todos los estamentos y centros de decisión del planeta, desde las tribus africanas hasta la Asamblea General de Naciones Unidas, desde los consejos de administración hasta la gestión de granjas y laboratorios de investigación, desde los ministerios de defensa hasta las universidades y la dirección de los periódicos. Este es un proceso que ya nadie puede detener y los reacios a los cambios de rumbo deberían recordar que nuestra supervivencia siempre ha dependido de nuestra adaptabilidad.
Por F. Javier Gonzalez Martin. Artículo publicado en Part Forana el 11 de octubre de 2007