Más de 350.000 personas hospitalizadas sufren daños de salud derivados de la asistencia médica.
Un 10 por ciento de los pacientes sufren daños en su salud derivados de la asistencia sanitaria, han advertido los médicos, que han admitido su parte de responsabilidad pero también lo han atribuido a la presión de los ciudadanos y a los intereses económicos de la industria.
Así lo han puesto de relieve durante la presentación del documento «Iatrogenia: análisis, control y prevención», suscrito por la Organización Médica Colegial (OMC) y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), que han iniciado un movimiento por la seguridad del paciente.
En sentido etimológico, iatrogenia significa «aquello que genera el médico» cuando lo que se produce es un efecto adverso. Es un concepto que ayuda a reconocer que todas las intervenciones médicas y sanitarias tienen pros y contras, riesgos y beneficios, y que no es posible garantizar absolutamente su inocuidad.
«La iatrogenia no solo es negligencia médica«, ha precisado en rueda de prensa el presidente de la OMC, Serafín Romero, quien lo ha achacado a una cultura que sobrevalora el intervencionismo médico y que nos lleva a pensar que todo se puede curar, de la que, según ha reconocido, también se han impregnado los propios profesionales sanitarios.
Pero también ha asegurado que, además de las personas, «hay una presión económica durísima para que no haya mejoras», y se ha referido a la enorme cantidad de anuncios de televisión de productos farmacéuticos coincidiendo con la epidemia de gripe.
«Los mocos no tienen tratamiento», ha advertido el doctor Romero, quien ha insistido en que «hay agentes muy poderosos que hacen inviable» revertir la tendencia.
Aunque «lamentablemente» no hay datos del coste de la iatrogenia, en general, en España, la doctora Beatriz González, presidenta saliente de Sespas, ha asegurado que más de 350.000 personas acaban ingresadas en hospitales por efectos adversos derivados de actuaciones sanitarias, lo que supone un coste adicional de 5.000 euros por paciente, un 6,7 % del gasto sanitario.
Unos «daños» que sufren el 9,3 % de los pacientes hospitalizados, un 11,2 % de los que acuden a atención primaria, un 40 % de los que ingresan en UCIs y un 7,2 % de los atendidos en urgencias, unas cifras «realmente preocupantes», ha advertido esta doctora.
Además de pedir a las autoridades sanitarias que reconozcan la iatrogenia como un problema de salud pública a escala nacional, las organizaciones médicas han pedido que se apruebe ya el baremo de daños sanitarios que incremente la seguridad jurídica y reduzca la variabilidad injustificada en la fijación de las indemnizaciones en procesos judiciales y extrajudiciales.
El no disponer de ese baremo lleva a los médicos a realizar una medicina defensiva, que no solo es más costosa sino que genera «sobrediagnósticos, sobretratamientos y, a veces algo más», ha recalcado el doctor Romero.
Este tipo de medicina se practica de forma sistemática, especialmente en urgencias, por si el paciente acaba denunciado. «No necesariamente hacer más pruebas, implica mejor tratamiento y sí un incremento de riesgos exponenciales», ha alertado.
En este sentido, la doctora González ha incidido en el daño «más difuso» que también se hace a través de políticas de salud que se aplican a grandes grupos de población «y que tienen más riesgos que beneficios», como pueden ser algunas campañas de vacunación o de cribado.
Para el doctor Andreu Segura, de Sespas, los daños que los médicos producen a los pacientes «no es ninguna anécdota» y ha subrayado que hay otras actuaciones sanitarias que pueden producir efectos adversos, como la generalización de episiotomías en los años 70 o la realización de radiografías y estudios de imagen ante un dolor de espalda agudo.
«No podemos garantizar que cualquier intervención médica sea inocua», ha señalado este doctor, quien ha admitido que actualmente hay un planteamiento según el cual «si los médicos no hacemos nada parece que somos inútiles y si no se administra nada a los pacientes parece que no se les da importancia».
Fuente: Infosalus.com
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