Este Simposio, celebrado en Madrid los días 1 y 2 de marzo ha reunido a importantes figuras nacionales e internacionales, organizado por la Academia de Psicología de España y la Fundación Ramón Areces, con la colaboración de la Fundación General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que han examinado, desde una perspectiva interdisciplinar, la contribución de las variables psicológicas en el proceso de envejecimiento humano, a partir de la pregunta: ¿Puede el comportamiento afectar a la longevidad?
El privilegio que he tenido de asistir a este simposio, me ha permitido seguir aprendiendo sobre el hecho de que el fenómeno del envejecimiento saludable y la longevidad no parece ser debido a razones genéticas sino más bien ambientales.
En síntesis, el objetivo esencial de la psicología consiste en optimizar el funcionamiento humano, a lo largo de la vida, promoviendo un envejecimiento óptimo y saludable, así como previniendo potenciales déficit motores, cognitivos y emocionales para incrementar el bienestar y la calidad de vida del individuo en primer lugar y si cabe también alargar la esperanza de vida con vitalidad.
El envejecimiento no está en los genes
La Directora del Simposio, Dra. Rocío Fernández-Ballesteros afirmó que los conceptos longevidad y vitalidad deben ir de la mano ya que no solo hemos aumentado la esperanza de vida sino que también los años sin discapacidad. También recordó que de todas las hazañas humanas, la más extraordinaria es haber conseguido en el último siglo, doblar la esperanza de vida y traspasar en 30 años la edad fértil de la mujer. Como resumen afirmó: “Cómo se envejece no depende de los genes ni de la suerte, depende del comportamiento”.
La medicina solo estudia lo que puede ir mal
El Dr. Kaare Christensen, del Centro de Investigación del envejecimiento en Dinamarca, recordó que la medicina estudia el cuerpo humano para ver lo que puede ir mal, y quizá por eso ignoran mucho de lo que va bien y compartió estudios acerca de la edad habitual de muerte en Dinamarca que está actualmente entre los 90 y 92 años. De los numerosos estudios realizados sobre ese sector de la población se deduce que la conducta puede hacer variar hasta en 15 años la esperanza de vida y concluyó sobre la importancia del ejercicio físico afirmando que la longevidad es “un destino al que se llega con dos piernas”
La prevención personal es más efectiva que la prevención médica
La Dra. Linda S. Gottfredson de la Universidad de Delaware (EE.UU.) afirmó que “La prevención personal es más efectiva que la prevención médica”, lo cual provocó cierta sorpresa entre la nutrida participación de profesionales de la medicina presentes en la sala, y aclaró que la mayoría de las enfermedades las podemos prevenir personalmente para evitar tener que acudir al médico.
El límite de la longevidad no son los 120 años
De todas las demás intervenciones y por no alargar excesivamente estos comentarios, destaco algunas frases, conceptos e ideas que he seleccionado a modo de resumen:
“Los afectos favorecen ciertas funciones físicas que optimizan el sistema inmune y cardiovascular”
“Con el optimismo nos recuperamos más rápidamente de los efectos negativos del cortisol segregado por una situación de estrés”
“Estamos en la era de la longevidad y esta plasticidad demográfica debe ir acompañada de una plasticidad social”
“No hay evidencia empírica de que la longevidad haya llegado al límite en los 120 años”
Dr. Kaare Christensen
“Solo hablamos de bomba demográfica cuando pensamos en que los países menos desarrollados pueden tener un aumento importante de sus poblaciones gracias a los avances de la medicina”
“Los rasgos de personalidad modulan nuestro comportamiento y la toma de decisiones, así, si somos extrovertidos tendremos más relaciones personales y sociales que favorecen la longevidad.”
“En la atención médica no se tiene en cuenta la personalidad del paciente”
Dra. Rikke Lund
“El aislamiento social tiende a producir más enfermedades y más muertes”
“En la mayoría de las residencias de ancianos se cortan y bloquean muchos de los factores que alargan la vida, se cortan las relaciones sociales, pierden el poder de decisión a manos de los hijos y son otras personas quienes toman decisiones sobre su salud”
“Después de haber vencido los prejuicios de raza, sexo, religión, aun prevalece el prejuicio sobre la edad”…” Los estereotipos sobre la vejez se mantienen, quizá para disimular nuestra propia pequeñez, pero lo peor de esta situación es que esa falsa idea de los ancianos como seres socialmente inútiles es que los propios adultos mayores se lo creen y lo internalizan”
Recogido y resumido por F. Javier González
Investigador en gerontología
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