Da la impresión de que primero se nos regala miedo para luego vendernos salud y seguridad y a veces tenemos la impresión de estar trabajando para alimentar a los laboratorios farmacéuticos. Ya hay médicos que afirman que los chequeos médicos son perjudiciales y obedecen solo a intereses comerciales. Veamos que opinan varios expertos. ¿Tienen sentido los chequeos anuales cuando la persona está sana? ¿Qué hay de interés preventivo y de negocio? ¿es lógico que la salud se ponga a la venta en los depachos de los médicos? Veamos que opinan varios expertos.
Para definir la importancia de un control médico, lo primero es plantear si conviene recomendarlo a todas las personas más allá de los grupos de riesgo. El consenso médico desaconseja someter sin control a una batería de pruebas a la población general, según indica el médico Juan Viña, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Valencia. “Un examen generalizado es excesivo. La clave es clasificar a los grupos de pacientes por factores de riesgo para especificar qué tipo de chequeos necesitan”.
Estudios como el del danés Lasse T. Krogsböll, publicado en las revistas de referencia JAMA y British Medical Journal, afirman que un chequeo generalizado no disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. “Un error de entrada es atribuir al chequeo beneficios sobre la mortalidad”
Para Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Juan Carlos I de Madrid, este examen médico suele ser oportunista. Lo ideal es que pasaran las pruebas en función de las que cada uno requiera. Pero el exceso de reconocimientos médicos puede convertirse en una obsesión y generar una población hipocondriaca con el riesgo de medicalizar la vida”.
No existe el chequeo perfecto que pueda asegurar al 100% que no le pase nada al paciente dentro de un año o dos, explica el Dr. Shin, con 18 años de experiencia en el campo de los exámenes médicos. “Ningún chequeo, sea de uno o cinco días, con seis o veinte pruebas, de mayor o menor coste, puede detectar todos nuestros trastornos, porque somos humanos y podemos cambiar de un día para otro”
Aunque los chequeos médicos nacieron con el objetivo de anticipar el riesgo de padecer determinadas enfermedades, la detección precoz está desaconsejada por prestigiosas organizaciones como US Preventive Services Task Force y Canadian Task Force, que negaron ya en los años 80 la utilidad de los chequeos anuales o bianuales realizados de modo indiscriminado, como recuerda Amando Martín, presidente del Organismo de Coordinación del Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia
En medicina, ¿menos es más?
Según un trabajo publicado en la revista Annals of Internal Medicine, la historia clínica y la entrevista con el paciente resuelven entre el 75 y el 92% de los casos, indica el médico Juan Gérvas, autor de un controvertido libro, Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias), en el que incluye recomendaciones como “no se mida el colesterol, ¡sea feliz!”. “En medicina, menos es más. No tiene que medírselo nadie que no haya sufrido una isquemia de miocardio o un infarto, o con hipercolesterolemia familiar genética. La buena prevención no debe consistir en solicitar pruebas inyectándole al paciente miedo al colesterol, los alimentos, el sexo o la playa«, insiste.
Gérvas rechaza cualquier tipo de examen indiscriminado, salvo para casos de riesgo, al carecer de fundamento científico la mayor parte de las pruebas preventivas. “El buen médico no hace diagnósticos precoces, sino oportunos y certeros. Algunas de estas calificaciones llevan a intervenciones que hacen más daño que beneficio. Las revisiones de Cochrane Collaboration (ONG internacional por la promoción de la salud), que estudia los chequeos anuales, recomiendan que se dejen de hacer porque no modifican la mortalidad”.
«Peor el remedio que la enfermedad»
En la misma línea, el doctor Manuel Serrano recuerda que el refrán “más vale prevenir que curar” no siempre funciona. “Las maniobras de diagnóstico precoz pueden incurrir en elementos negativos como el sobrediagnóstico, el sobretratamiento, o en etiquetar a enfermos como personas que no lo son (falsos positivos) o inducir la falsa confianza de tener buena salud a personas enfermas (falsos negativos). Todas las actuaciones sanitarias conllevan aspectos positivos pero también riesgos, porque no son inocuas”, subraya.
Exceso de mamografías y citologías
Frente a la eficacia puesta en tela de juicio de algunas pruebas diagnósticas, el protagonismo de la oferta de chequeos anuales se promueve, según coinciden algunos profesionales, por un interés más económico que médico. “Puede haber una connotación comercial en indicaciones de determinadas pruebas. Conozco casos de mujeres a las que se les realizan mamografías y citologías vaginales con una frecuencia mucho mayor de la aconsejada por el programa de prevención de nuestra sociedad y publicaciones como Annals of Internal Medicine, que es entre dos y tres años. Pues hay ginecólogos que la solicitan anualmente«, apunta Amando Martín, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria y Medicina Interna. “Pero es que la gente pide chequeos anuales aunque se le diga que no son necesarios. Gran parte de estas pruebas van dirigidas a personas con un alto poder adquisitivo, por lo que se considera al chequeo como una especie de bien de consumo más”, concluye el doctor Serrano, con 39 años de ejercicio profesional.
Factor de riesgo no es enfermedad
Cuando numerosas clínicas que ofrecen servicios de chequeos médicos llama “enfermedades” a lo que solo son factores de riesgo como la osteoporosis, la menopausia o la hipertensión, tenemos que sospechar que si nos mienten, si nos inyectan miedo gratis, es porque quieren vendernos algo, simplemente porque sus equipos son muy costosos y necesitan rentabilizarlos. Tiene su lógica comercial, pero por favor, no a costa de nuestra salud.