Si preguntamos a las personas mayores de 60 años si les gustaría llegar a cumplir los 100 años con salud, la mayoría contestará afirmativamente. No obstante, buena parte de esa mayoría cree que eso es cuestión de suerte. Por esta razón lo que voy a explicar en este artículo no va dirigido a todos, sino a quienes creen que es posible reinventarse y desaprender ciertos hábitos, a quienes saben que vivir 30 años más con salud es una opción, una decisión que podemos tomar. Los que esperen que sea fácil y sin esfuerzo, tomando alguna pastilla, pueden dejar de leer este artículo.

Si está dispuesto a ofrecer a su familia y a sí mismo el mayor regalo que haya imaginado, siga leyendo y le ayudaré a celebrar su centenario libre de enfermedades, dependencias, limitaciones y aburrimiento, que posiblemente sean las características que creía asociadas a la longevidad extraordinaria. De ahí que haya empezando diciendo que tendrá que desaprender ciertas ideas preconcebidas.

Permítame advertirle que su cerebro y el mío está más predispuesto a recibir malas noticias. La evolución ha ido formando nuestro cerebro para que perciba todos los peligros posibles. Por este motivo, la tendencia natural humana es desconfiar de una buena noticia como el poder extender nuestra vida varias décadas libres de dolencias. El hecho estadístico es que hace dos décadas las personas que cumplían 100 años eran noticia en los medios. Hoy tenemos unas 600.000 personas centenarias en el mundo y más de 12.000 en España, lo que demuestra que ahora es perfectamente posible y está al alcance de quienes tomen esta decisión.

Para unas personas, estos 8 pasos les conducirán directamente a una vida saludable y activa más allá de los 100 años. Para otros será una manera de eliminar las enfermedades y las dependencias, sea cual sea la edad a la que lleguen. No podemos controlar o evitar el paso del tiempo, pero sí podemos controlar y decidir lo que hacemos con nuestro tiempo. Esta es la forma que le sugiero de reinventarse, de retirar las etiquetas que le han puesto, de borrar las restricciones que cree tener, en estos ocho pasos:

1- NUTRICIÓN

Seleccione para su alimentación más verduras, frutas y frutos secos. Dé preferencia al pescado sobre la carne. Retire el tabaco y reduzca al máximo posible el azúcar, la harina refinada y las comidas procesadas.

2- LÍMITES

La reducción calórica ha demostrado empíricamente que alarga la vida de animales y personas. Reduzca las porciones de comida. Reduzca la medicalización y aumente la prevención personal.

La industria médico-farmacéutica nos ha expropiado nuestra salud y nos ha convencido de que para estar sanos y ser felices necesitamos consumir productos farmacéuticos. En otras palabras, pretenden medicalizar toda nuestra vida y nuestras emociones. Prevención significa evitar la enfermedad, algo que hacemos con decisiones sobre los alimentos y el ejercicio.

3- EJERCICIO

La inactividad física es patógena. Recurra al sillón cuando esté cansado de hacer ejercicio. La clave es mantenerse activo y para eso es mejor elegir un tipo de ejercicio o actividad que sea de su agrado. El mejor gimnasio es su ciudad o los caminos rurales cercanos para caminar o ir en bicicleta. La prioridad no es muscularse ni perder peso, sino oxigenar una mayor cantidad de sangre que lleve ese oxígeno a todas sus células.

4- VIDA SOCIAL

Manténgase conectado con otros. Haga vida social y busque a quíen puede ayudar para sentirse útil y necesario. Haga nuevos amigos. Mejore la comunicación con su famillia y amigos, especialmente si ha sufrido una pérdida significativa o un cambio importante en su vida.

5- ACTIVIDAD Y APRENDIZAJE

Mantenga activo su cerebro. Haga cosas nuevas. Mantenga la curiosidad y la pasión. Siga aprendiendo sin importar la edad. Reinvente su vida y realice cambios, como aprender a bailar, a tocar un instrumento o un nuevo idioma, acuda a charlas y conferencias y aumente su frecuencia de lectura. La educación, el grado de formación es otro ingrediente para la longevidad. Las estadísticas no dejan lugar a dudas: a más educación, mayor esperanza de vida.

Permítame explicarle por qué es importante que cambie la idea muy generalizada de que a los 60 o 65 años no es momento de seguir aprendiendo algo. Vivir 30 años más de los que esperaba vivir es posible pero no es sencillo, por eso necesita aprender ciertas cosas sobre su propio cuerpo, su mente y sus emociones para saber cómo mantener una calidad de vida óptima, para poder tomar decisiones bien informadas y aceptar la responsabilidad, en vez de dejar su vida, su salud y bienestar en manos de la industria farmacéutica. Por esta razón he mencionado más arriba que quizá estos ocho pasos no están al alcance de todas las personas. No todos están dispuestos.

6- ACTITUD

Elimine el estrés crónico. El estrés que nos provoca una amenaza es saludable porque prepara nuestro cuerpo fisicamente para confrontar ese peligro. Cuando el estrés se hace crónico a base de sumar las distintas amenazas de la vida actual en el mundo industrializado, produce dos efectos que aceleran el envejecimiento: 1) desactiva nuestro “médico interno” es decir el sistema inmune y 2) provoca el acortamiento de los telómeros en la división continua de nuestras células, algo que se traduce directamente en el envejecimiento prematuro.

Sea optimista y sepa que la vida tiene momentos felices y momentos tristes. Haga el ejercicio de desaprender convicciones falsas del tipo: “nadie me necesita”, “a mi edad no puedo hacerlo”. Recuerde que nuestras creencias y convicciones controlan nuestra biología.

7- PROPÓSITO

A partir de los 60 necesita tener un propósito claro en su vida, saber para qué se levanta cada mañana, pero viva y saboree el presente. Lo importante no es el resultado final sino el proceso. Lo que debe importarle no es cumplir 105 años, sino que su vida a partir de los 60 sea primero saludable, luego más amplia, más rica y fecunda y no deje a un lado los placeres.

8- TRASCENDENCIA

Lo ideal es vivir más años con un objetivo trascendente, para tener más tiempo para conocer quien soy. Mi nombre, mi edad, mi lugar de nacimiento, profesión, educación…eso es mi currículo pero no responde a la pregunta ¿quien soy? La meditación es de gran ayuda. Si tiene creencias religiosas manténgalas, si no las tiene busque la forma de dar sentido a lo trascendente y encuentre a diario motivos por los que estar agradecido.

F.Javier González

Investigador en gerontología