Cuando en 2009 publiqué mi libro “Envejecer es bueno para la salud” (*), Ray Kurzweil era un inventor e investigador apenas conocido en España, además de experto en inteligencia artificial, pero la lectura de su libro Fantastic Voyage, Live long enough to live forever había inspirado algunos capítulos de mi libro y ciertos enfoques sobre la visión que el envejecimiento saludable iba a tener en un futuro próximo. Han pasado seis años y ese futuro ya está practicamente aquí. Ahora Ray Kurzweil es director de Ingeniería de Google y acaba de afirmar que en 20 años podremos alargar la vida casi indefinidamente, lo cual nos puede parecer exagerado, una quimera o un nuevo episodio de ciencia ficción.
Lo que ocurre es que el Dr. Kurzweil no es un visionario del estilo Nostradamus ni un científico excesivamente optimista, porque hasta ahora y a sus 67 años todas las predicciones que ha hecho en el pasado se han cumplido. Hay que reconocer que haber obtenido el doctorado honoris causa por 15 universidades, tener importantes patentes registradas a su nombre o haber sido definido por la revista Forbes como “la máquina de pensar más avanzada” y ser el director de Ingeniería de Google, le dan cierta credibilidad.
Desde que en 1963 creó su primer programa de ordenador, no ha parado de innovar y crear instrumentos que nos facilitan la vida, como el primer escáner para ordenador y el primer sintetizador de texto de voz entre otros muchos inventos. En uno de sus libros publicados en 1990 predijo el crecimiento exponencial de Internet, por eso cuando el Dr. Kurzweil habla conviene escucharle y es cuando menos esperanzador saber que ha afirmado que en diez años podremos detener los efectos de la edad. “No está lejos el día en que podremos hacer una copia de seguridad de nuestro cerebro y subirla a la nube” ha afirmado.
Ya en 2005 otro destacado especialista en envejecimiento el británico Dr. Aubrey de Grey había afirmado que en 10 años podríamos detener el envejecimiento en ratones, que comparten el 99% de nuestro código genético, y entre 5 y 10 años más tarde eso podría hacerse con éxito en los humanos.
No deberíamos utilizar el pasado como una guía para el futuro, ya que considerando el crecimento exponencial actual, el siglo 21 será equivalente a 20.000 años de progreso al ritmo de finales del siglo 20. Kurzweil anuncia que pronto la biotecnología y la nanotecnología nos permitirán reconstruir nuestros cuerpos y cerebros y crear virtualmente cualquier producto a partir de la simple información. Ya están aquí las impresoras 3D fabricando vértebras de sustitución y otros huesos humanos. Si cree que esto es algo del futuro, le recuerdo que ya hay más de 200 fábricas de impresoras 3D en el mundo, muchas de ellas para producir materiales sanitarios, quirúrgicos para uso en el cuerpo humano.
El futuro es mejor de lo que pensamos.
F. Javier González
(*) la segunda edición actualizada sale de la imprenta estos días en Costa Rica para su distribución en toda América de habla hispana.
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