Mitos y verdades sobre la vejez

Guardado en: Artículos • Publicado el 28/04/2015 • 3 comentarios

El fenómeno del alargamiento de la vida no es nuevo: ha venido añadiendo años de manera lineal hasta hace un siglo, pero durante las últimas décadas está alcanzando una progresión exponencial que hace que cada vez más sociólogos y demógrafos se planteen esta cuestión desde diversos enfoques, algunos incluso para hablar de amenaza demográfica o de los desafíos del envejecimiento de la población, en unos términos que más que un triunfo de la civilización, suena a catástrofe, cuando el aumento de la esperanza de vida  es una de las historias de éxito más importantes de nuestro tiempo.

Por otra parte tenemos a los medios de comunicación que salvo alguna excepción, suelen tratar a las personas de edad como un colectivo enfermo, frágil, dependiente y pasivo.

Cabe preguntarse ¿dónde podemos encontrar las verdades sobre el envejecimiento y cómo poner al descubierto los mitos y mentiras que se airean sobre las personas de más de 65 años?

La gerontología, esa especialidad de momento poco apreciada y me temo que aun con pocas salidas profesionales para quienes quieren cursar esa carrera, es la disciplina que estudia la vejez y todos aquellos fenómenos que la caracterizan, con un doble objetivo: prolongar la vida saludable y mejorar la calidad de esa vida en todos los aspectos posibles.

Así pues, nada mejor que recurrir a quienes destacan por su profesionalidad y experiencia en gerontología para desmontar mitos y encontrar verdades sobre las personas que pasamos de los 65 años, como el Dr. Ricardo Moragas. De su libro “Gerontología social”  estraigo las siguientes frases:

“Hay que luchar contra la idea de que el viejo es funcionalmente limitado….La mayoría de la población anciana no se halla impedida”

“Las barreras a la funcionalidad de los ancianos son con frecuencia, fruto de las deformaciones y mitos sobre la vejez más que reflejo de deficiencias reales”

“La ancianidad no comienza a una edad cronológica uniforme…considerar anciano a toda persona de más de 65 años tiene una explicación arbitraria y poco racional”.

“Los 65 años constituyen una edad en la que se puede desempeñar perfectamente un trabajo”

“Las limitaciones psíquicas de los ancianos se han reflejado tradicionalmente en etiquetas poco demostradas científicamente y basadas en el prejuicio…la pérdida global de la memoria, por ejemplo, no es mucho mayor que a otras edades y la inteligencia no solo no disminuye, sino que puede aumentar”

“Aparece en la opinión pública la creencia de que ancianidad supone necesariamente enfermedad, cuando las estadísticas sanitarias señalan precisamente que la mayoría de ancianos están sanos”

“Contrariamente a la creencia popular, la mayor parte de los ancianos no están enfermos ni se hallan limitados”

Podemos seguir con la mente en el siglo XX creyendo que llegar a los 65 años es una tragedia o bien admitir que en el siglo XXI con 65 cumplidos podemos seguir activos, sanos, más libres y felices.

F. Javier González

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