Cuando publiqué mi libro “Envejecer es bueno para la salud, el secreto de la longevidad” compartí una información sobre las zonas del mundo en donde la longevidad era más destacada y habitual (páginas 31 y 94).

Allí citaba el valle Vilcabamba de Ecuador, a los abjazianos de Asia central, a los habitantes de la isla de Okinawa en Japón, al pueblo hunza de Pakistán y los habitantes de algunas islas de la Polinesia.

En el año 2009 en que publiqué el libro esa era la información actualizada y disponible basada en una publicación del Dr. Alexander Leaf en la Revista National Geographic de Enero de 1973, en la que daba cuenta de sus viajes a paises donde supuestamente la gente disfrutaba de una longevidad extraordinaria. Según el Dr. Leaf, en esos pueblos y zonas del mundo había diez veces más personas centenarias que en los paises occidentales y señalaba además que esos lugares se caracterizaban por una sanidad precaria, enfermedades infecciosas, elevada mortalidad infantil, analfabetismo, y carencia de cuidados médicos modernos, haciendo que la longevidad extrema de sus habitantes fuera aún más extraordinaria (A.Leaf 1973).

Sin embargo, unos años más tarde, los investigadores Mazess y Forman comprobaron que exagerar la edad era algo común entre los habitantes del valle Vilcabamba en Ecuador, con numerosos hombres y mujeres que tenían tendencia a aumentar su edad con el fin de mejorar su situación social o para favorecer el turismo a su localidad. Seguidamente el Dr. Leaf reconoció esta conclusión e hizo una declaración en la que admitía que no tenía pruebas documentales sobre las avanzadas edades de los habitantes de Vilcabamba.

Es muy probable que, a excepción de la isla de Okinawa en Japón, los otros pueblos y zonas mencionados sufrieran una situación similar de imprecisión o falta de pruebas contrastadas, dado que son culturas donde la vejez goza de un elevado respeto y admiración y las personas tienden a ponerse años para recibir más honores o mejores atenciones.

A partir de ahí y más recientemente los demógrafos han aumentado su preocupación y vigilancia con la exactitud de las afirmaciones sobre longevidad, dado que se está produciendo un aumento sin precedentes en las cifras de población de edades avanzadas también en los paises desarrollados.

Mi contacto personal con el Dr. Michel Poulain de la Universidad de Lovaina (Bélgica) y su excelente trabajo de demografía llevado a cabo en la isla de Cerdeña, me ha permitido conocer la nueva realidad de las zonas del mundo donde la longevidad es extraordinaria y su verificación científica ofrece una garantía incuestionable, a través de su informe “The Blue Zones: areas of exceptional longevity around the world” (M.Poulain, A.Herm y G.Pes)

De acuerdo con las investigaciones más recientes realizadas por demógrafos como Michel Poulain, Luis Rosero-Bixby, los hermanos Willcox y el periodista Dan Buettner, existen cuatro zonas en el mundo donde la proporción de personas nonagenarias y centenarias que disfrutan de salud y una vida activa es notoria y sus edades han sido contrastadas con documentos y registros. Estas zonas son la Isla de Okinawa en Japón, la Península de Nicoya en Costa Rica y dos islas mediterraneas, Cerdeña en Italia e Ikaria en Grecia.

A efectos prácticos y de mejor comprensión, conviene recordar que los gerontólogos utilizan el término longevidad para referirse a cualquier individuo que ha llegado o superado la edad de 90 años y continua manteniendo una vida activa y funcional.

En adelante, y dentro de esta misma web iré publicando información detallada sobre las particularidades, los hábitos de alimentación y conducta de los habitantes de estos lugares del mundo, para entender porqué ellas y ellos llegan con aparente facilidad a esas edades tan avanzadas sin enfermedades, sin dependencias, manteniendo su ilusión por vivir y sus ganas de ayudar.

Para ello me he propuesto visitar personalmente esos lugares, hablar con los responsables sanitarios de la zona, conversar personalmente con las personas centenarias, conocer de primera mano lo que comen, lo que beben, pero sobre todo lo que piensan, porque estoy seguro de que llegar a centenario con salud no depende tanto del lugar en que vives sino de nuestra actitud mental ante la vida.

F. Javier González