Desarrollo interior: Forma inteligente de resolver los problemas

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Forma inteligente de atender los problemas

También podríamos titular este párrafo "forma espiritual de enfrentarse a los problemas" y no resultaría contradictorio puesto que la inteligencia es parte de nuestra capacidad o poder espiritual. Se trata, por supuesto de una forma inteligente de actuar. Incluso podríamos decir, para empezar, que lo que debemos hacer no es precisamente "enfrentarnos" a los problemas como si fueran nuestros enemigos o adversarios. En realidad cada problema o dificultad que aparece en nuestro camino es una oportunidad para aprender y por consiguiente, más bien deberíamos ver los problemas con ojos más amistosos, como una ocasión para dar un paso más en nuestro desarrollo.

Necesitamos aprender a desconectarnos del problema. La razón es cambiar la inercia habitual de "tener problemas" y percatarnos de que en realidad los problemas "me tienen". En realidad, si uno tiene algo, lo puede dejar cuando desea, lo guarda, lo trata en el momento adecuado.

Normalmente, el estar agobiado por un problema significa que el problema te tiene, te retiene, te ofusca, te inquieta, no te deja dormir y lo que es mucho peor, no te deja pensar.

No se trata de negar, olvidar o quitar importancia a los problemas sino que sea uno mismo el que decide, cómo, cuando y donde lo va a resolver. Cuando una situación nos quita el sueño, no nos deja prestar atención a nuestros hijos o cónyuge, nos impide divertirnos y relajarnos, decimos que tenemos un problema. Lo que ocurre es que nuestras capacidades espiritual, emocional y mental están cortocircuitadas y bloqueadas por lo que sentimos hacia esa situación. Lo más grave no suele ser la magnitud del problema sino lo que sentimos hacia esa situación.

Cualquiera que sea el tamaño del problema, empieza a mezclarse con los pensamientos y sentimientos negativos que nos produce y así comienza un proceso de autoalimentación que en unos días puede llevarnos a la desesperación. No deberíamos alimentar nuestros problemas haciendo que engorden, sino literalmente "matarlos de hambre" para que se queden pequeños y delgados, como suelen ser la mayor parte de las veces.

Para lograrlo es muy conveniente aplazar unas horas o unos días la solución al problema, para darnos tiempo a encontrar la solución más adecuada. Tan pronto como estamos al corriente de la magnitud y los elementos conflictivos que nos plantea el problema, hay que dejarlo guardado en un cajón. Puede resultarle práctico escribir en una hoja las características del problema. Una vez planteado y visualizado, ya tiene forma y tamaño –seguramente más pequeño del que en principio le pareció- y lo podrá guardar físicamente en un lugar concreto. La visualización de que el problema está guardado en aquel cajón en vez de verbalizar el consabido "tengo un problema" le ayudará a percibir la sensación de control. El problema está en su mesa y usted va a decidir cuando y cómo lo resuelve. Hecho esto, piense en otro aspecto de su vida, si es posible en cosas agradables. Deje que su mente y su corazón actúen por su cuenta y busquen respuesta. Deje que su hemisferio izquierdo y su hemisferio derecho intercambien ideas y conceptos en su cerebro. Esto ocurrirá de manera inconsciente mientras usted se divierte o da un paseo pensando en lo bonita que está la tarde o lo bien que huele a tierra mojada después de la lluvia.

No olvide que su cerebro funciona mejor y realiza más conexiones si está apreciando esas pequeñas satisfacciones que la vida nos ofrece a decenas cada día. Esto no es espiritual en el sentido habitual de la palabra. Nuestro cuerpo, cuando experimenta alguna situación de sosiego y tranquilidad emocional, segrega dopamina que favorece el funcionamiento de determinadas partes del cerebro.

Por otra parte, nos conviene empezar a sentir lo que sentiríamos si todo lo que deseamos que ocurra hubiese ocurrido ya. Puesto que el subconsciente no distingue entre la realidad y lo imaginado (prueba de ello es la masturbación) se trata de dar al subconsciente información positiva para que reaccione de manera pro-activa y con certeza sobre la posibilidad de resolver el problema. No se trata de engañar a nuestro subconsciente sino de darle un anticipo para que se anime y empiece a producir reacciones positivas mediante la segregación de dopamina que mejore la actividad cerebral.

"La moderna ciencia del sistema nervioso corrobora la utilidad de estos métodos de entrenamiento mental al asegurar que las representaciones imaginarias son casi tan eficaces como las experiencias reales en lo tocante a reconfigurar la estructura cerebral." (Stefan Klein, La fórmula de la felicidad, pág. 93)

"Cuando esperamos un suceso grato, el cerebro envía por adelantado las sustancias neurotransmisoras causantes de la sensación de placer. Y como el circuito regulador del placer y del estrés se hallan conectados, la expectativa feliz contrarresta el enfado directamente." (Stefan Klein, La fórmula de la felicidad, pág. 73)

También resulta muy eficaz expresar un sentido agradecimiento por lo que ha logrado hasta ahora. Agradézcalo a quien desee. Si es creyente, a Dios, a la providencia, si no lo es, dé las gracias al universo, a la vida o a cualquier poder superior en el que crea. Al hacerlo nos habituamos a traer a la superficie todo aquello que nuestra vida tiene de maravilloso y positivo. Habitualmente, si hacemos inventario de todo lo que somos, tenemos y hemos recibido, suele ser mucho más de lo que inconscientemente percibimos. Tomar una hoja de papel y escribirlo puede serle muy útil. Además al aprender el hábito de mostrarnos agradecidos, desarrollamos una virtud de reconocimiento hacia cualquier persona que hace algo por nosotros, lo que mejorará incuestionablemente nuestras relaciones personales.

Pero sobre todo, el tiempo que dedique a relacionar las cosas buenas que tiene su vida y a agradecer mentalmente por tenerlas, lo que en realidad está haciendo es desatascar las vías de conexión de sus neuronas que son las encargadas de lograr nuevas conexiones que den con la solución. Por tanto se trata de ser prácticos.

Esté atento a ideas nuevas que se le ocurran, a sentimientos inesperados o intuiciones que pueden ser la solución al problema. Su mente buscará formas de hacérselo llegar. Es posible que incluso pueda encontrar una forma de convertir la situación conflictiva en una oportunidad para mejorar algún aspecto de su vida.

Si llegado el momento de aportar la solución cree que no le ha venido ninguna idea de cómo resolverlo, pruebe a combinar de manera diferente los elementos de la situación. Sea atrevido y no tenga miedo a salirse del marco habitual. Piense que ese problema es una bendición porque le fuerza a sacar lo mejor de sí mismo. Tenemos que aprender a entablar un diálogo con nosotros mismos, Un diálogo entre nuestro yo externo y el yo interno.

"El niño que aprende a obedecer las órdenes de su madre, acaba dándose órdenes a sí mismo, y así pasamos la vida entera. La autonomía, como el propio nombre indica, consiste en darnos órdenes inteligentes a nosotros mismos y obedecerlas. El gran Vigotsky descubrió que ese comportamiento estaba relacionado con la aparición del habla interior, con ese continuo diálogo, debate, o pelea, que mantenemos siempre con nosotros mismos, y ese descubrimiento supuso un colosal cambio en la psicología." (Jose Antonio Marina: Aprender a vivir, pág. 137)

 

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