Pratibha Patil, primera presidenta de India
Pratibha Patil se convierte en la primera Presidenta de la historia de India
La candidata gubernamental, Pratibha Patil, será la primera presidenta de la historia de la India, tras ser elegida recienemente en el cargo al imponerse a su rival, el vicepresidente Bhairon Singh Shekhawat. "Ésta es la victoria de los principios. Los principios del pueblo indio", proclamó Patil al término de la votación.
La nueva presidenta, de 72 años, Abogada de formación era gobernadora del estado de Rajastán, y aunque no es muy conocida en la vida política india, tiene una estrecha amistad con la líder del Partido del Congreso, Sonia Gandhi.
Pratibha Patil comenzó su carrera política hace casi cincuenta años. Mujer de gustos sencillos, su jornada comienza con las reglamentarias oraciones (una imagen de Shiva preside su despacho), para luego leer diferentes periódicos.
Se declara una ávida lectora y vegetariana estricta, amante de la comida frugal. Desde su nombramiento como gobernadora de Rajastán en noviembre de 2004 su actuación política ha estado exenta de espectacularidad pero también de controversia, y apenas ha dado pie a las críticas. Incluso el líder de la oposición en su estado, la reconoce como «uno de los mejores gobernadores que ha tenido Rajastán».
Caracterizada por un profundo interés por las causas sociales, durante su mandato ha puesto en marcha iniciativas como la formación sanitaria para niñas y adolescentes, que les permite, llegado el momento, acceder a trabajos sanitarios y que puede suponer una revolución en un estado básicamente rural como Rajastán, al permitir el acceso y desarrollo de la sanidad en las pequeñas aldeas.
Recientemente Patil se vio enfrentada a la revuelta de los Gujjar, los miembros de una subcasta que, dada su pobreza y su dificultad para acceder a ayudas sociales ya que no pertenecen a las inferiores, pedían ser descendidos de casta. En lugar de reprimirlos con dureza, Patil optó por el diálogo y por mandar con carácter urgente un completo informe al Gobierno central en el que pedía más ayudas al desarrollo para la región culpabilizando así a la pobreza, y no a los pobres, de la situación.
Mujer de profundas convicciones religiosas, Patil es, sin embargo, el rostro político del secularismo. Su mayor oponente, el partido hinduista BJP, ha recibido un revés de esta sensata mujer que se ha negado a firmar –y así la ha neutralizado- la controvertida ley anticonversión por la que apostaba el BJP y que había conseguido ya pasar la Asamblea. Juristas y activistas, así como miembros del resto de las fuerzas políticas, han aplaudido su coraje.